Gastón está preocupado. Como a muchos de los que habitamos esta realidad berreta, le cuesta llegar a cualquier momento del mes. Le genera incertidumbre por él y por el resto de las personas que tienen este y otros problemas: sus colegas de la música, sus amistades que practican otras disciplinas artísticas; y también los chicos y chicas que fueron, son y serán el público de El Peligro de los Vientos.
En esa noche hermosa que disfrutamos en La Casa de la Bodega, Gastón dijo algo al respecto. En plena despedida de un disco bello y ciertamente popular como “La Sensación”, y antes de que la banda interprete la celebrada “Aeropuerto”, Gas se quejó por el individualismo que se profesa desde distintos altavoces de la opinión pública y desde el propio Estado. Reclamó “soluciones colectivas” y admitió que sus letras hoy adquirieron otro significado para el público. Minutos después, con menos pulgas, le dejó un saludo a “este gobierno de mierda” que todo lo complica.




Nos pasa y le pasa a Gas. La urgencia del día a día nos lleva a tomar más responsabilidades, y en este caso nos hace resignar momentos y nos aleja de poder vivir de lo que quisiéramos. “El Peligro” hoy es fundamental en su vida y arriesgar este plan es motivo suficiente para entonar sus quejas.
Alguien preguntará si vale la pena detenerse en aquel pedacito del recital, en esa pancarta puntual. Tal vez sería más atinado hacer foco en el potente show de casi dos horas, lleno de referencias a los paisajes veraniegos, los amores y desamores, y a la rutina que nos apretuja de lunes a viernes y después nos regala gotitas de sol, alcohol bien estacionado y baile con amigos los fines de semana.
Si el tren fantasma que dirige este país pone en jaque la carrera de Gas como sostén de este proyecto, ¿cómo no destacar cuando plantea sobre el escenario esta inquietud? Él y su amada banda hicieron un esfuerzo enorme y grabaron su segundo álbum dándolo todo. ¿Cuántos más pueden hacerlo? ¿Cuántos deben bajar los brazos en este contexto apabullante?
La pregunta se respondió sola.
Crédito de las fotos: Chispa Lab (@_chispa.prod)